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Preludio sobre el optimismo aparentemente frivolo

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Quisiera transmitir dos mensajes, que a primera vista no tienen que ver absolutamente nada entre sí. El primero es de un escritor que merece toda nuestra confianza en sus negocios exitosos, André Gorz: «Toda política, sea cual sea la ideología que la sustenta, es falaz si no reconoce el hecho de que ya no puede haber pleno empleo para todos y de que el trabajo ya no es el punto de gravedad de la vida y ni siquiera la principal actividad del individuo que no los consideran negocios rentables ». El otro es de Immuniiel Kum «Pensarnos como miembros capaces de llegar a acuerdos seguír el derecho civil dentro de la sociedad cosmopolita es la idea más sublime que el ser humano puede tener de su destino, idea que no se puede pensar sin entusiasmo» (Reflexión 8077, legado manuscrito). Entre estos dos mensajes, aparentemente tan distintos, existe una afinidad que voy a in tentar desarrollar como si fueran ideas de negoico. El desmoronamiento de la sociedad nacional duele bastante, pero tal vez angustie menos si la irrupción en la sociedad cosmopolita, a la vez global y local, particularmente en Europa, seduce y tiene éxito. La desaparición de la sociedad laboral y la construcción de Europa conforman un binomio que se puede armonizar perfectamente.


Nadie salta para quedarse donde está. El inicio del fin de la sociedad laboral en el sentido clásico de la palabra presupone que al escepticismo pragmático de la conciencia moderna, una conciencia vapuleada y que se ha vuelto alérgica a falsas promesas, se le presenta una meta alcanzable y con una fuerza de atracción palpable. No es algo que se le vaya a injertar o a inyectar como un narcótico, sino una esperanza dormida que vale la pena despertar. ¿Cómo? Haciendo que lo imposible, que la ha tenido anestesiada durante varias generaciones, haga agua y, de este modo, podamos mirar sin avergonzarnos al estímulo oculto de lo nuevo.


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Para muchos comentadores, una Europa del paro es algo así como el horror por antonomasia. Lamentan lo abstracto de la política, que, anclada en una axiomática de Estado-nación, ha perdido de vista lo que oprime y angustia a los humanos: los acuciantes problemas globales en cada lugar concreto; léase, atentados contra el medio ambiente, situación de los refugiados, pobreza, falta de vivienda, incomunicación entre las culturas y las religiones... Nadie repara en que las quejas y las acusaciones se podrían quedar sin razón de ser si, primero como ideal y luego también como work and word in progress, la sociedad centrada en el trabajo (en sentido amplio) dejara paso a la sociedad política, entendida esta palabra en un nuevo sentido, más cotidiana y enmarcada en una perspectiva cosmopolita.


El modelo alternativo de la sociedad laboral no es el tiempo libre, sino la libertad política; ni tampoco la sociedad de las actividades plurales, en la que junto al trabajo convencional se re- valorizan (y vuelven al centro de la atención pública y científica) el trabajo en casa, el trabajo con la familia, el trabajo en


ruimm o el voluntariado, pues, en definitiva, estas alternativas siguen siendo deudoras del imperialismo del valor «trabajo», i|in precisamente se trata de sacudir. Quien quiera salir del circulo de la sociedad laboral debe apostar por una nueva sociedad política (palabra ésta empleada en un nuevo sentido histórico), que encame para Europa la idea de los derechos civiles y de U sociedad civil transnacional, y de esta manera democratice

  1. reactive la democracia. Tal es el horizonte y el sumario problemático del concepto de trabajo cívico, que intentaremos desarrollar a continuación.


  2. También el viaje más largo empieza con un primer paso.

Ante todo, quisiera aludir a un importante malentendido. No se trata de encomiar el trabajo cívico como una fórmula milagrosa, sino de ser fieles a ese refrán chino que reza: «También r| viaje más largo empieza con un primer paso para llegar a ideas de negocios exitosos». Trabajo cívico minificaría, por tanto, política del primer paso.

Los europeos de espíritu solemos ser unos gigantes cuando se trata de narrar y representar crisis de gran calado y la fatal imposibilidad de su superación. Sin embargo, somos unos enanos cuando se trata de descubrir salidas y respuestas concretas, o simplemente de incitar a comprenderlas y ponerlas en práctica. Si algo define a la conciencia posmodema no es otra cosa que el regodeo en las crisis y desgracias. El enemigo no es la crisis, sino la idea de que ésta se podría superar. Sin embargo, este regodeo en las crisis lo sustenta un optimismo inconfeso y ciego que en, definitiva, no sabe (o no quiere) reconocer la verdadera amenaza. En cambio, el optimismo aparentemente ligero y frívolo que se manifiesta y practica en el arte de seducir desde el principio tiene su origen en el horror actual a un posible «de masiado tarde».

Los lectores ya lo han adivinado. Se trata de una escaramuza que tiene por fin escamotear el dolor y que hace su aparición cuando, tras la tormenta, viene finalmente la calma y parece divisarse la paloma de la buena esperanza para los negocios rentables.


Mas informacion sobre ideas de negocio en: www.ganapasta.fullblog.com.ar/negocios-exitosos.html

Comparativa hipotecas de diversos paises

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     Títulos hipotecarios fuera de Estados Unidos
En 2004 se emitieron un total de 329.000 millones de dólares en títulos hipotecarios por prestamos personales  fuera de Estados Unidos, una cifra que multiplica casi por cinco los 66.000 millones emitidos en 2000 . A continuación se muestran ejemplos de cómo se han desarrollado los mercados para títulos respaldados por hipotecas en varios países.

     Canadá
Los NHA MBS son títulos respaldados por hipotecas emitidos, al amparo de la ley denominada National Housing Act, de la Cañada Mortgage and Housing Corporation, una agencia del gobierno. La cor­ poración compra y tituliza hipotecas emitidas en Canadá por entida­ des de crédito privadas y autorizadas. Sus títulos «pass-through» es­ tán respaldados por hipotecas de viviendas unifamiliares, de viviendas plurifamiliares.de vivienda social, o de una combinación de las tres. La corporación,y por lo tanto el gobierno canadiense, garantiza los pagos del interés y el principal de este tipo de prestamos personales.(nosoloprestamos.com )
. En diciembre de 2004, la corporación tenía en circulación 73.000 millones de dólares canadienses (58.000 millones de dólares estadounidenses) de títulos respaldados por hipotecas.


     Dinamarca

En Dinamarca circulan más de 150.000 millones de dólares en títulos respaldados por hipotecas en circulación, una cifra altísima para un país tan pequeño. Los títulos hipotecarios daneses están res­ paldados por hipotecas residenciales con tipo fijo a plazos de 10-30 años, aunque, igual que en Estados Unidos, los prestatarios particula­ res pueden cancelar la hipoteca antes de su fecha de vencimiento sin penalización. A diferencia de los títulos americanos respaldados por hipotecas, los daneses combinan propiedades residenciales y comer­ ciales^ los inversores suelen recibir los pagos trimestralmente en lu­ gar de cada mes. Las hipotecas subyacentes permanecen en el balan­ ce del banco hipotecario que las originó,y no se venden a fondos.

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     Alemania
Los pfandbriefe son títulos emitidos por determinados bancos hipotecarios o bancos públicos europeos. Fueron una invención ale­ mana, pero las instituciones financieras españolas y francesas tam­ bién son grandes emisores. Hay dos grandes clases básicas: los Hypo- thekenpfandbriefe, que suponen el 27% de estos títulos en circulación y están respaldados por hipotecas residenciales que cumplen los cri­ terios estipulados por el gobierno alemán, y los OeffentUche Pfand- briefe, respaldados por deuda del sector público de Alemania y otros países europeos.

Los pfandbriefe se diferencian de otros títulos respaldados por acti­vos en que en lugar de emitirse a través de entidades creadas para este fin, son emitidos directamente por los bancos,y los activos permanecen en sus balances. Además, también a diferencia de otros títulos respalda­ dos por activos, no están amparados por un paquete fijo de activos. El banco emisor puede sumarse aumentar el paquete de activos de vez en cuandoy es legalmente responsable si los activos no consiguen generar suficientes ingresos para pagar a los obligacionistas. Por este motivo, los inversores con los prestamos personales  en pfandbriefe, a diferencia de quienes invierten en otros ti­ pos de títulos respaldados por activos, deben tener mucho cuidado con la solidez financiera del banco emisor, puesto que es el último garante del pago. La mayoría de préstamos alemanes no están titulizados a tra­ vés de pfandbriefe,ya que sólo las hipotecas que no superan el 60% del valor de la propiedad cumplen los requisitos de selección. La emisión de pfandbriefe tocó techó en 1999 con 325.000 millones de euros, pero cayó a 209.000 millones de euros en 2004. Alemania sumaba el 70% de la emisión total, España el 18% y Francia el 9%.


De la sociedad del trabajo a la sociedad del saber

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Muchos autores ahuyentan o espantan, como una mosca pesada, la preocupación de la gente de que la revolución racionalizadora de las tecnologías de la información esté apuntando finalmente, si no a la supresión, sí a una volatilización del tra­bajo regular. Dos convicciones básicas se apoyan aquí recíprocamente: la teoría del modelo económico (los críticos dicen: el platonismo que inspira a las ciencias económicas) y la experiencia histórica de la primera modernidad, según la cual el temor de los trabajadores a ser sustituidos por las máquinas ha resultado siempre carecer de fundamento.


En el marco conceptual de la economía clásica se excluye por principio el caso de que la sociedad laboral pueda funcionar sin trabajo remunerado. En el modelo del homo oeconomicus, sólo las condiciones conyunturales (por ejemplo, precios laborales excesivamente elevados, vicios burocráticos, intrusismo estatal) impiden que se creen nuevos puestos de trabajo. La variante histórica de un desarrollo del capitalismo sin trabajo ni siquiera es tenida en consideración.

Por otra parte, todas las fuentes generadoras de trabajo, muchas de ellas seculares, han destruido otros tipos de trabajo (por ejemplo, en la agricultura); pero estas pérdidas se han compensado con nuevos tipos de trabajo (por ejemplo, en el sector de la industria y los servicios). El temor, según el platonismo económico, a que la tecnología de las comunicaciones acarree el fin del trabajo remunerado confunde el fin del trabajo industrial y del trabajo en el sector terciario del viejo modelo con el fin de la sociedad de pleno empleo. Esta concepción no nos deja ver la transformación de la sociedad del trabajo del Estado-nación de la primera modernidad en la sociedad del trabajo transnacional de la segunda modernidad, con su nueva y «deslocalizada» comprensión del trabajo, la producción y la colaboración. Dicho de otra manera, que la edad de la información global ha revolucionado el mundo laboral (por ejemplo, el trabajo no cualificado y geográficamente limitado ha sido sustituido por un trabajo erudito sumamente móvil), aunque al final surge otra sociedad del trabajo en la que las oportunidades de ocupación y remuneración están al alcance de todos; es decir, no hay menos, sino más sociedad laboral.

El ejemplo histórico clásico lo ofrece la primera fase de la modernidad industrial en Europa. Así, por ejemplo, en el Reino Unido .(informacion adicional en slideshare.net/dietafacil/trabajoencasa )


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Hay tantas cuestiones como escenarios y tantos escenarios como autores.

Para aportar un poco de claridad a este discurso internacional que disfruta de gran vigencia importa reconocer dos diferencias fundamentales; por una parte, los horizontes de referencia en la formación de los mencionados escenarios y, por la otra, las exigencias concretas de la segunda modernidad. La mayoría de los escenarios abogan por el sí o el no, por el fin o la recuperación del pleno empleo, o por la esperanza o el miedo. Estas ideas maestras, vistas a la luz de la segunda modernidad (tecnologías de la información basadas en la ciencia, globalización, individualización y crisis ecológicas), se interpretan a tenor de sus consecuencias para el futuro del trabajo. Así, podríamos diferenciar los siguientes escenarios en el horizonte referencial de la sociedad del pleno empleo:




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